jueves, 2 de junio de 2011

Encofrados. generalidades, materiales.


La misión del encofrado es contener y soportar el hormigón fresco hasta su endurecimiento, sin experimentar asientos ni deformaciones, dándole la forma deseada. Cuando, en vez de obras in situ, se trata de prefabricación en taller, los encofrados se denominan moldes.

Los encofrados o moldes son generalmente de madera o metálicos, exigiéndoseles como cualidades principales las de ser rígidos, resistentes, estancos y limpios. Su montaje debe efectuarse de forma que queden perfectamente sujetos, para que durante la consolidación y endurecimiento del hormigón no se produzcan movimientos perjudiciales.

Los encofrados de madera deben humedecerse antes de la colocación del hormigón, para que no absorban el agua de éste. Además se dispondrán las tablas y juntas de forma que permitan su libre entumecimiento, sin que se originen esfuerzos o deformaciones anormales y sin que dejen salir la pasta de cemento.

Las superficies interiores de los encofrados deben estar limpias en el momento del hormigonado. Para facilitar esta limpieza en los fondos de pilares y muros, conviene disponer aberturas provisionales en la parte inferior de los encofrados correspondientes. Análoga disposición conviene en los encofrados de las piezas de gran canto, para facilitar la compactación del hormigón correspondiente a las capas inferiores de la pieza. La separación de estas aberturas, tanto en vertical como en horizontal, debe ser de un metro como máximo, y no se cerrarán hasta que el hormigón no haya alcanzado la cola correspondiente.

Tanto las superficies interiores de los encofrados como los productos desencofrantes que a ellas puedan aplicarse, deberán estar exentos de sustancias perjudiciales para el hormigón.

En elementos de gran luz, conviene disponer en los encofrados la oportuna contra flecha para que, una vez desencofrada y cargada la pieza de hormigón, ésta conserve una ligera concavidad en su intradós. En general, la contra flecha no es necesaria para luces menores de seis metros.

Cuando sea necesario y con el fin de evitar la formación de fisuras en los paramentos de las piezas, deben proyectarse los encofrados de tal modo que no impidan el acortamiento del hormigón por retracción.
Antes de reutilizar un encofrado debe limpiarse con cepillo de alambre, para eliminar el mortero que haya podido quedar adherido a su superficie.

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