El efecto de las vigas de fundación como elementos que sirven para el control de asentamientos diferenciales depende de su rigidez. En nuestro medio, el tamaño de las secciones de las vigas de fundación que normalmente se emplean (máx L/20), permite descartar cualquier posibilidad de transmisión de cargas entre una zapata y la otra. No se puede garantizar que una viga de fundación transmita momentos debidos a los asentamientos diferenciales de las zapatas, a menos que para ello tenga la suficiente rigidez.
Cuando una viga de fundación se proyecta con rigidez suficiente para controlar asentamientos diferenciales de la estructura, es necesario considerar la interacción suelo – estructura (ISE).
Un método que en ocasiones se ha empleado con el propósito de que la viga de fundación controle asentamientos diferenciales, es el de suministrar, como dato del ingeniero de suelos, el valor del asentamiento diferencial d que sufre la cimentación correspondiente a uno de los extremos de la viga; el cual induce sobre el otro extremo un momento M dado por:
En este caso, ilustrado en la Figura 2, para un valor determinado de d, se tiene que a mayor sección transversal de la viga, mayor será el momento inducido M.
Aquí la rigidez de la viga no estaría controlando el asentamiento diferencial d (que para el caso, es un dato y no una variable) sino el valor del momento, generando un diseño dicotómico, es decir que a mayor rigidez, se requiere más acero, lo cual no tiene sentido práctico, y por lo tanto no se recomienda. En este sentido, una viga de fundación no expresamente diseñada para reducir los asentamientos diferenciales y sin la suficiente rigidez no se recomienda considerarla en el diseño para atender este efecto.
Figura 2. Momento inducido en un extremo de la viga de fundación por el asentamiento diferencial.
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